lunes, 19 de octubre de 2009

En estos días, di una conferencia sobre energías en una institución del estado, de mucho prestigio, FONTUR, allí, mi querida alumna y mejor comunicadora social, ELIANA QUINTERO y como le digo yo, mi asesora de imagen, me presentó a su querido padre, quien redactó en palabras muy sencillas sobre que trató la disertación y, en honor a ello quedé en reproducirla en Epistemología Tenebrosa, mas que nada por que ella, y su padre, en cada uno de sus blogs, hablan de mi querido profesor Fassman, cosa que ellos no sabían, y la puse al tanto que como buen seguidor de sus enseñanzas, aún tengo como un tesoro, sus manuales un poco viejos y manoseados, de las veces que lo he consultado. Algún día seguramente esos manuales saldrán a la luz pública, son realmente fabulosos, sobre todo para aquellos que quieren introducirse en el conocimiento de la ciencia amena y si amiga, le daré a tu padre una copia de los manuales, donde enseña sus secretos.


El profesor Fassman ya no está con nosotros, pero está en el recuerdo imborrable de quienes le conocimos. Celebro que el padre de Eliana, lo recuerde, que sea esta página hoy un recordatorio de su presencia inmutable en el tiempo. En otra oportunidad haré una investigación sobre los manuales que me dejó y de su prolífica vida como mentalista.


Les reproduzco el trabajo a continuación:


EL PODER DE LA ENERGIA Y DE LA MENTE

Por: Pedro Quintero Gamboa

Publicado en:

http://pedroquinterogamboa.blogspot.com

Tomado de:

http://elianaquintero.blogspot.com/



Asistí a la charla del profesor Rubén González Barrios “Maneje energías para combatir el estrés”, dictada en la sede de FONTUR, evento realizado en el marco del 18° aniversario de esa Institución. En esta amena e instructiva exposición el profesor González Barrios introdujo a la audiencia en los conocimientos de la energía, demostrando con ejercicios prácticos que protagonizamos los presentes, su manejo y la utilidad de dominar técnicas que usadas apropiadamente pueden contribuir para combatir el estrés. En su disertación también nos habló de la cámara fotográfica especial llamada Espectrofotómetro, que tiene la facultad de fotografiar el aura humana y sus colores.

En general, la conferencia tuvo mucha aceptación entre los presentes, se podía apreciar en la alegría de los rostros y los comentarios posteriores, todos quedamos satisfechos y con deseos de continuar adquiriendo este tipo de conocimientos.

Como conclusión, afirmó que en el ambiente de trabajo una de las técnicas más apropiadas para combatir el estrés es la planificación de las tareas, y así evitar la improvisación con sus consecuentes inconvenientes.

Las actividades que realizamos en la sesión me hicieron recordar al Dr. José Mir Rocafort, psicólogo, conocido por el nombre que le diera fama como mentalista, profesor Fassman.

Siendo un niño, alrededor de los diez años, tuve la suerte de asistir a una presentación de este afamado mentalista en el Teatro Municipal de Puerto Cabello, en la cual estuve acompañado de mi abuela Carmen Gamboa y de mi hermano Carlos Enrique.

Fueron tan espectaculares sus actos que muchos de ellos aún los conservo en mi memoria. Comenzando su función pidió subieran al escenario cuatro parejas. Los voluntarios que lo hicieron, como la mayoría del público presente en el Teatro, estaban vestidos elegantemente, los varones con smoking y las damas con trajes largos. Los voluntarios que ascendieron eran todos conocidos en la comunidad, ya que para esa época (1952) no era muy numerosa la población de la ciudad. Fassman les dijo que los iba a hipnotizar y después de contar hasta diez, les daba instrucciones que todos ellos obedecerían. Les ordenó ponerse en cuclillas, todos lo hicieron y los varones comenzaron a cantar como gallos y las mujeres a cacarear como gallinas, y así sucesivamente fueron imitando diversos animales. Todo esto provocaba gran hilaridad en el público.

Luego de varios actos de hipnotismo, se paseó entre el público con una pizarrita y una tiza. Le pedía al público que escribiera el título de una canción e inmediatamente una dama que era su asistente y que estaba en el escenario, comenzaba a cantar la canción. Mi abuela le pidió la pizarra a Fassman y escribió “Carmen”, y enseguida la médium en el escenario cantó la ópera de Bizet. En uno de sus actos le decía a los presentes la fecha de su nacimiento y el número de la cédula de identidad, y en todos los casos esos datos eran exactos.

Finalizando su actuación repartió en el público unos papeles y les pidió que escribieran una pregunta y doblaran los papeles. Luego recogió los papeles y los introdujo en su sombrero de mago. Sin desdoblarlos, agarraba cada uno de ellos y contestaba las preguntas. En la última consulta dijo, palabras más o menos: “Dos damas quieren saber si su hermano Carlos Enrique sigue vivo. Les informo que su hermano, quien integraba el ejército alemán en el frente ruso, fue hecho prisionero, aun está vivo, y se encuentra en un campo de concentración en Siberia”. Las dos mujeres, que estaban en uno de los balcones del teatro, empezaron a dar gritos y bajo un shock nervioso ambas fueron sacadas en camillas para recibir atención médica. Estas dos damas eran conocidas en la sociedad porteña como las señoritas Roemer.

Algunos de mis conocidos y familiares opinan que yo soy escéptico. Yo creo lo contrario, pero lo que sucede es que he sido testigo de tantas circunstancias excepcionales que ya no me sorprendo tanto cuando ocurren. Los hechos extrasensoriales, el uso consciente del poder mental, la imposición de manos, la cartomancia, la hierbateria, la perfumería esotérica no me son extrañas, puesto que familiarmente he convivido con ellos desde que existo, los han practicado desde mi abuela Carmen, pasando por mis hermanos y hermanas, mi hija Eliana, mi nieta Nova y hasta yo mismo.

El profesor Ruben González Barrios hace énfasis en que sus apreciaciones son resultados de una actividad científica, ya que siempre existirán quienes duden de estas prácticas. El profesor Fassman fue víctima en algunas oportunidades de ataques difamatorios acusándolo de farsante. Quise escribir este testimonio para reafirmar, lo interesante, la veracidad y la autenticidad científica de estas labores.

1 comentario:

  1. Agradezco al profesor Rubén González Barrios su gentileza de compatir conmigo sus tesoros escondidos, como lo son los manuales de Fassman.

    Debo confesar la alegría que me produjo al recibirlos, semejante a la felicidad que tiene un minero cuando encuentra una piedra de oro cochano o una veta de oro.

    Reitero mi agradecimiento.

    Pedro Quintero Gamboa

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